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La construcción en México es una actividad de gran relevancia para la economía, con una participación del 6% en el PIB en 2023 y la generación de más de 8 millones de empleos. Sin embargo, este predominio trae consigo un reto crucial: la sostenibilidad.

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Transformar la forma de construir no solo radica en la necesidad de proteger al medio ambiente, sino también en la responsabilidad de crear espacios que contribuyan al bienestar de las personas y al desarrollo social, así como la puesta en marcha de sistemas y políticas internas que garanticen que las empresas del gremio se conduzcan con ética e integridad.

 

A nivel mundial, este sector es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero. De acuerdo con la Corporación Financiera Internacional (IFC), las cadenas de valor de la construcción representan alrededor del 40% de las emisiones de COrelacionadas con la energía y la industria en todo el mundo. En mercados emergentes como México, éstas son especialmente significativas, lo que subraya la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles.

 

El problema es que, tal como lo señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, si no se toman medidas urgentes, se prevé que las emisiones de carbono de materiales de construcción comunes como el cemento, el acero y el aluminio aumenten hasta alcanzar niveles cada vez más peligrosos.

Para construir de forma más amigable con el medio ambiente es necesario que hagamos la transición hacia materiales con bajas emisiones de carbono y para ello, se requiere adoptar un enfoque integral, que considere el ciclo de vida completo de un proyecto, es decir, desde su concepción hasta su finalización e involucrando a todos los grupos de interés a lo largo de la cadena de valor.

Desafíos que limitan el avance de la sostenibilidad

Si bien, la adopción de estas prácticas es una necesidad imperativa, su avance enfrenta diversos desafíos, siendo dos de los principales, el nivel de compromiso desigual por parte de los actores involucrados, seguido de una falta de medición en las emisiones de carbono. Este último es de gran relevancia, pues partimos de la premisa de que lo que no se mide, no se puede mejorar.

 

Resolver ambos desafíos es esencial, puesto que el enfoque integral precisa de la cooperación de toda la cadena para tener en cuenta el impacto medioambiental de los materiales elegidos, desde su extracción, pasando por cada fase del ciclo de vida del edificio e incluso hasta el final de su uso, para analizar cómo se pueden reutilizar.

 

 

La buena noticia es que, hoy como nunca, hay numerosas oportunidades para cambiar al sector y generar una huella positiva en el medio ambiente y la sociedad.

Oportunidades para elevar la sostenibilidad en la construcción de interiores

  1. Acceso a herramientas y mejoras en la medición de emisiones de carbono. Hasta hace poco, la mayor parte de los avances del sector se había centrado en la reducción del “carbono operativo” de un edificio, es decir, las emisiones generadas por la calefacción, la refrigeración y la iluminación. Mientras que las soluciones para reducir las emisiones de “carbono incorporado” (embodied carbon emissions en inglés) procedentes del diseño, producción y uso de materiales como el concreto, el acero y el aluminio se habían quedado muy atrás. Sin embargo, en años recientes, se ha empezado a adoptar herramientas como el Embodied Carbon in Construction Calculator (EC3) para evaluar estas últimas. Al facilitar el análisis de las emisiones asociadas a los materiales, este tipo de herramientas contribuyen a la elección de opciones más sostenibles.
  2. Propagación de la economía circular. La economía circular propone un cambio radical en la forma en que diseñamos, creamos y gestionamos los espacios, promoviendo la reutilización y reciclaje de materiales, el diseño para la desmontabilidad, la eficiencia en el uso de recursos y la gestión eficiente de residuos. Pero como venimos mencionando, acoger este modelo exige la colaboración de todos las partes de la cadena, desde proveedores de materiales hasta diseñadores, contratistas y clientes. La ventaja es que a medida que se vuelve más conocido, su implementación va en aumento.
  3. Transformación digital.El creciente uso de tecnologías emergentes, como el Building Information Modelling (BIM), el diseño generativo y el uso de sensores inteligentes, está comenzando a cambiar el panorama de la construcción. Estas tecnologías están siendo clave para el desarrollo sostenible, pues permiten mejorar la colaboración, optimizar el diseño y la planificación y, con ello, reducir el impacto ambiental de los proyectos.

 

Construir interiores de forma sostenible conlleva asegurar las necesidades presentes sin comprometer a las generaciones futuras. Representa, además, una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas, fomentar la innovación y fortalecer la economía. Sin embargo, requiere que todos los actores involucrados asuman la responsabilidad de contribuir a mejorar en los tres pilares de la sostenibilidad: ambiental, social y gobierno corporativo.

 

En un país como México, donde este ramo juega un papel tan importante en la economía, lograr un futuro sostenible demanda aún más del esfuerzo coordinado a lo largo de toda la cadena de valor, desde la elección de materiales, seguido por la implementación de nuevas tecnologías y el diseño de espacios más eficientes y saludables, hasta considerar la reutilización de los componentes al final del ciclo de vida de un proyecto.

Solo a través de la colaboración, la innovación y la adopción de prácticas sostenibles podremos materializar espacios que sean verdaderamente beneficiosos para las personas y el planeta.

 

 

*Directora de Estrategia Comercial y Mercadotecnia en GAYA.