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La inversión en construcción en México atraviesa una fase de contracción en 2025, marcada principalmente por la caída de la obra pública derivada del ajuste fiscal de la nueva administración, lo que ha opacado el repunte de la inversión privada y la fortaleza del segmento residencial.

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Si bien algunos analistas prevén una recuperación moderada apoyada en proyectos de infraestructura gubernamental, el panorama general sigue condicionado por la desaceleración económica, las altas tasas de interés y la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos.

 

Durante el primer semestre de 2025 la inversión en construcción experimentó una contracción de -5.4% respecto al mismo periodo de un año atrás, contrastando con el crecimiento de 9.9% del primer semestre de 2024 considerando cifras originales.

 

Ese cambio de tendencia se explica fundamentalmente por el ajuste drástico que vivió el gasto en obra pública en la segunda parte del año pasado y el ajuste de la misma por la consolidación fiscal que inició la nueva administración federal en el presente año.

Aunque la inversión privada ha mostrado un mejor desempeño, con un importante repunte, no ha sido suficiente para compensar la caída de la inversión en obra pública.

 

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mientras la inversión residencial reportó un incremento de 8.2% anual en el primer semestre, la no residencial se contrajo -15.9 por ciento.

 

Por su parte, analistas de Monex afirmaron que los gastos en construcción mantienen un comportamiento diferenciado, particularmente en el componente no residencial. 

 

 

Y en Banamex, sus analistas prevén que “hacia adelante, proyectamos que la inversión seguirá desacelerándose. Debido a las modestas perspectivas de crecimiento del PIB a mediano plazo, la reducción esperada en la inversión pública, las elevadas tasas de interés reales y los efectos de la política comercial de Estados Unidos”.

Durante el sexto mes del año, la inversión en construcción retrocedió -0.8% mensual con cifras ajustadas por estacionalidad, impactado por la debilidad de la inversión residencial que retrocedió -2.0% y un avance de 0.7% en la no residencial favorecida por una base comparativa favorable.

 

Los analistas de Banorte muestran cierto optimismo sobre el futuro de la inversión en el sector construcción porque “la inversión gubernamental continuará formalizándose con arranques de obra (e.g. proyectos ferroviarios, planes carreteros, obras hidráulicas, etc.)”.

 

Por último, los analistas de Invex recuerdan que “en los años anteriores, el gasto en inversión fue sólido debido a las obras emblemáticas de la pasada administración. Sin embargo, parte de la caída también se justifica por el entorno de incertidumbre actual, en donde se observa una economía en desaceleración, así como una política comercial estadunidense estricta”.