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Actualmente, mientras algunas empresas insisten en el regreso a las oficinas, el trabajo híbrido tomó fuerza como un punto medio entre la flexibilidad y las necesidades empresariales.

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Hace apenas un lustro, la idea de un modelo de trabajo flexible parecía inalcanzable. Sin embargo, la pandemia transformó la dinámica laboral, demostrando que la productividad no dependía de la presencia física en una oficina.

 

Según el estudio "Retos y perspectivas del trabajo 2024", realizado por WeWork y Page Group, revela que el 64% de los trabajadores en México opera bajo un esquema híbrido. A pesar de este avance, la autonomía sigue siendo un reto: solo el 20% de los empleados decide cuántos días acude a la oficina, mientras que el 40% debe seguir reglas empresariales y el 24% depende de su jefe directo.

 

En opinión de Álvaro Villar, Head of Sales de WeWork Latam, la flexibilidad no es una tendencia pasajera, sino una demanda estructural. “Las personas buscan un modelo que equilibre vida profesional y personal sin afectar la productividad. Las empresas deben diseñar esquemas que beneficien tanto a sus equipos como al negocio”, explica.

 

 

Uno de los principales obstáculos del esquema híbrido es la falta de claridad en su implementación. El estudio muestra que el 24% de los empleados considera la ausencia de flexibilidad como su mayor frustración laboral, por encima de factores como el salario o la falta de crecimiento profesional. Además, el 35% ha enfrentado cambios en los requisitos de presencialidad en el último año, reflejando la incertidumbre en las estrategias empresariales.

 

Otro factor clave es el traslado: el 42% de los trabajadores en México vive entre 10 y 50 kilómetros de su oficina, lo que implica gastos de tiempo y dinero. De hecho, el 34% usa transporte público y el 17% depende de aplicaciones de movilidad. En este contexto, solo el 15% de los empleados considera que es más productivo en la oficina, mientras que el 30% asiste solo por obligación.

 

A pesar de estos desafíos, los beneficios del modelo híbrido son evidentes: el 84% de los empleados reporta un aumento en su productividad, el 80% ha mejorado su calidad de vida, el 79% pasa más tiempo con su familia y el 76% ha visto mejoras en su salud mental.

 

Para Villar, el reto no es solo ofrecer opciones híbridas, sino diseñar un ecosistema laboral integral. "El debate ya no es si el modelo híbrido funciona, sino cómo estructurarlo de la manera más efectiva", concluye.