Hace apenas un lustro, la idea de un modelo de trabajo flexible parecía inalcanzable. Sin embargo, la pandemia transformó la dinámica laboral, demostrando que la productividad no dependía de la presencia física en una oficina.
En opinión de Álvaro Villar, Head of Sales de WeWork Latam, la flexibilidad no es una tendencia pasajera, sino una demanda estructural. “Las personas buscan un modelo que equilibre vida profesional y personal sin afectar la productividad. Las empresas deben diseñar esquemas que beneficien tanto a sus equipos como al negocio”, explica.
Otro factor clave es el traslado: el 42% de los trabajadores en México vive entre 10 y 50 kilómetros de su oficina, lo que implica gastos de tiempo y dinero. De hecho, el 34% usa transporte público y el 17% depende de aplicaciones de movilidad. En este contexto, solo el 15% de los empleados considera que es más productivo en la oficina, mientras que el 30% asiste solo por obligación.
Para Villar, el reto no es solo ofrecer opciones híbridas, sino diseñar un ecosistema laboral integral. "El debate ya no es si el modelo híbrido funciona, sino cómo estructurarlo de la manera más efectiva", concluye.