La economía española enfrenta en 2025 un nuevo desafío estructural: Un déficit superior a las 500 mil viviendas acumuladas en los últimos cuatro años. Según el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, solo este año harán falta más de 100 mil inmuebles, que se suman a los 400 mil no construidos entre 2022 y 2024.
Precios al alza y oferta insuficiente
Apunta el diagnóstico de Escrivá a una raíz clara: La falta de oferta. La construcción de vivienda no ha acompañado el crecimiento sostenido de los hogares, lo que ha disparado los precios y ha reducido la accesibilidad para amplias capas de la población. Durante su intervención en un acto del Consejo General de Economistas, instó a activar “todas las palancas” de política pública para incrementar la disponibilidad de vivienda y evitar que esta escasez lastre la competitividad del país.
Retos paralelos: Empleo, migración y productividad
También el gobernador vinculó el déficit habitacional con otros desafíos estructurales. En materia laboral, señaló que la persistencia de una tasa de paro relativamente alta se ve agravada por la falta de eficacia de las políticas activas de empleo y por la fragmentación de los servicios autonómicos. En este terreno, la migración ha funcionado como factor compensador, al cubrir vacantes en sectores con gran demanda de mano de obra y evitar bloqueos en la actividad económica.
Por otra parte, Escrivá subrayó la necesidad de dotar de mayor credibilidad a las finanzas públicas, mejorar la productividad para acercarla a la media de la Eurozona y avanzar en la simplificación del sector público, áreas en las que España todavía mantiene rezagos.
Crecimiento con riesgos
La vivienda, epicentro de la agenda económica
Por último, el déficit inmobiliario, que ya supera las 500 mil unidades, coloca al mercado de la vivienda en el centro de la agenda económica de 2025. Si no se adoptan medidas urgentes, la escasez de oferta podría tensionar aún más los precios, dificultar el acceso a la vivienda, frenar la movilidad laboral y convertirse en un lastre para la competitividad de España en el mediano plazo.
Con información de elboletin.com y de cronista.com