Cada año, el Buen Fin llena tiendas y plataformas digitales con descuentos que duran apenas unos días y generan una sensación de urgencia. Pero trasladar esa lógica al mercado inmobiliario puede ser un error costoso. A diferencia de una pantalla o un electrodoméstico, una vivienda como un departamento implica una deuda a largo plazo, análisis financiero y una comprensión profunda del entorno donde se vivirá.
A ello se suma el crecimiento constante del valor de las viviendas. El índice SHF muestra que el precio de los inmuebles adquiridos con crédito subió 8.2% anual en el primer trimestre y 8.9% en el tercer trimestre de 2025, con un valor promedio cercano a 1.86 millones de pesos. Comprar rápido, sin evaluar alternativas, puede comprometer la estabilidad financiera durante décadas.
El crédito hipotecario también refleja un freno: el número de préstamos otorgados disminuyó y el monto financiado cayó alrededor de 4.5% anual en el primer semestre del año, según cifras de BBVA México. En otras palabras, los hogares están más cautelosos y los bancos operan en un entorno menos dinámico.
Por qué una vivienda no se elige en un fin de semana
Para Roberto Ordorica, director general de ALIGNMEX, la recomendación es clara: “vivir antes de comprar”. Es decir, rentar un departamento antes de adquirirlo para conocerlo verdaderamente. Esto permite evaluar aspectos que no aparecen en un anuncio: iluminación, ruido, recorridos diarios, movilidad, servicios, comodidad del entorno y funcionamiento del edificio.
Ordorica advierte además que la emoción de los descuentos puede jugar en contra:
“Durante el Buen Fin, es fácil dejarse llevar por el ímpetu del momento y tomar decisiones que, en un futuro, podrían resultar apresuradas y poco satisfactorias en la compra de un departamento”.
En un mercado donde el crédito es caro y los precios siguen subiendo, alternativas como la renta con opción a compra empiezan a tomar relevancia. Estos esquemas permiten “probar” la vivienda y construir historial antes de comprometerse a un financiamiento largo, lo que se vuelve atractivo para quienes buscan minimizar riesgos.
Consejos para una compra inteligente (y sin prisas)
A partir de este contexto, Ordorica propone una serie de recomendaciones para tomar decisiones más informadas:
- Vive primero el espacio. Habitar el departamento por algunos meses en renta permite confirmar si realmente se adapta a tu rutina, transporte, luz, servicios y entorno.
- Revisa el costo real del crédito. No basta la tasa. Analiza el CAT, los seguros, plazos y condiciones que pueden encarecer mucho el financiamiento.
- Evalúa esquemas flexibles. Opciones como renta con opción a compra permiten adaptarte antes de comprometerte a largo plazo.
- Evita las “ofertas relámpago”. Prioriza ubicación, servicios, mantenimiento, seguridad, plusvalía y qué tanto encaja el espacio con tu estilo de vida.
- Protege tu liquidez. La compra no debe ahogar tus finanzas: busca equilibrio entre renta, ahorro y estabilidad financiera.
El mensaje final: una vivienda se elige con calma, no con urgencia
La recomendación de los expertos es contundente: la vivienda no se compra con la lógica del Buen Fin; se elige viviendo, observando, evaluando y tomando decisiones con tiempo.
Porque un hogar no se oferta… se construye con certeza.


