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México se encuentra en una posición privilegiada dentro del nuevo equilibrio comercial promovido por el gobierno de Estados Unidos, por lo que se refuerza la ventaja para atraer inversión extranjera directa (IED), particularmente en sectores exportadores clave.

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Un reciente análisis de BBVA Research concluye que la reducción de aranceles y eliminación de acumulación arancelaria dan ventaja comparativa a exportaciones mexicanas, sobre todo en el sector automotriz.

Gracias a la última orden ejecutiva firmada por el presidente Trump, se elimina la acumulación de aranceles y se introducen descuentos específicos para la industria automotriz, lo que coloca a México entre los países menos afectados por el proteccionismo estadunidense.

 

De acuerdo con BBVA, el cambio más relevante es que los aranceles ya no serán acumulativos. Esto implica que exportaciones mexicanas que anteriormente enfrentaban gravámenes combinados de hasta 50% ahora solo estarán sujetas al arancel individual de 25%, reduciendo el promedio ponderado de 18.2% a 13.9 por ciento.

 

Hablando en términos prácticos, esta modificación disminuye la carga fiscal para productos mexicanos que ingresan al mercado estadunidense, especialmente aquellos en sectores estratégicos como la industria automotriz, el acero y el aluminio. De hecho, las autopartes exportadas desde México y Canadá bajo el marco del T-MEC ya no estarán sujetas a nuevos aranceles, lo que representa una ventaja frente a competidores globales.

 

Este nuevo equilibrio reduce la incertidumbre para inversionistas y exportadores, revitaliza las oportunidades del nearshoring y plantea una exigencia clara: Es momento de que el gobierno y la iniciativa privada respondan con visión estratégica, fortaleciendo capacidades productivas, facilitando financiamiento y articulando cadenas de suministro más robustas.

 

Una política arancelaria menos restrictiva para México

La orden firmada el 29 de abril redefine el esquema de aranceles aplicado por Estados Unidos bajo diversas proclamaciones, como las relacionadas con seguridad, migración y producción industrial. El ajuste contempla que los aranceles de las llamadas “Sección 232 Automotriz”, “Sección 232 Acero & Aluminio” y órdenes ejecutivas en materia de control fronterizo ya no se sumen entre sí.

Esto tiene implicaciones inmediatas: De los más de 505 mil millones de dólares que Estados Unidos importó desde México en 2024, al menos un 19.1% de dichas exportaciones enfrentaban cargas combinadas. Ahora, estos bienes solo enfrentarán un arancel aislado, con posibilidad incluso de reembolsos retroactivos para quienes ya pagaron gravámenes acumulados.

 

 

 

 

Descuentos y estímulos para la industria automotriz

Indica el análisis de la institución financiera que otro componente relevante es la introducción de un mecanismo de "compensación arancelaria" para las empresas automotrices que ensamblan vehículos dentro de Estados Unidos. Por los próximos dos años, se permitirá solicitar reembolsos parciales del arancel del 25% aplicado a autopartes importadas, dependiendo del porcentaje que representen dentro del valor total de un automóvil ensamblado localmente.

Esto podría incentivar a que exportadores mexicanos estructuren su producción en torno al cumplimiento del T-MEC, ya que podrán aprovechar las deducciones y beneficios establecidos.

Una oportunidad para profundizar la integración

 

BBVA Research sostiene que este nuevo entorno arancelario confirma la hipótesis de que Estados Unidos tiende hacia un modelo de proteccionismo selectivo, en el que México resulta favorecido por la complementariedad de sus cadenas de valor con la economía estadunidense. En consecuencia, se refuerza la ventaja para atraer inversión extranjera directa (IED), particularmente en sectores exportadores clave.

 

No obstante, el estudio señala que, para aprovechar completamente esta ventana de oportunidad, es necesario fortalecer la productividad nacional y aumentar el porcentaje de exportaciones que se realicen bajo el T-MEC. Para ello, propone crear un padrón nacional de proveedores de industrias exportadoras y ampliar los esquemas de crédito a través de programas de garantías como los de Nacional Financiera (Nafin).

México, menos expuesto al proteccionismo global

 

Ahora bien, en un entorno global donde las tensiones comerciales se mantienen elevadas y otros países enfrentan barreras arancelarias crecientes para exportar a Estados Unidos, México se consolida como un socio estratégico privilegiado. Gracias a la combinación de reglas claras, integración industrial y nuevas disposiciones arancelarias, las exportaciones mexicanas gozan hoy de un acceso más competitivo al mayor mercado del mundo.

 

Este nuevo equilibrio reduce la incertidumbre para los inversionistas y exportadores, revitaliza las oportunidades del nearshoring y exige una respuesta estratégica por parte del gobierno y la iniciativa privada para capitalizar al máximo este momento.