La industria del mueble en México enfrenta un nuevo reto en su relación con Estados Unidos. El presidente Donald Trump anunció una investigación de 50 días que podría derivar en la aplicación de aranceles a los muebles importados, incluidos los de origen mexicano, lo que pondría en entredicho los beneficios alcanzados en el marco del T-MEC y el impulso del nearshoring en la región.
México ha sido un socio estratégico para Estados Unidos, no solo como proveedor, sino también como mercado. Actualmente, nuestro país absorbe dos de cada diez dólares de las exportaciones estadunidenses de muebles, lo que equivale a 1,774 millones de dólares anuales. Además, la cercanía geográfica, los costos competitivos y el T-MEC han hecho del país un destino clave para la relocalización de cadenas de suministro durante la ola de nearshoring.
Sin embargo, los aranceles podrían revertir este avance. De acuerdo con Furniture for America, una coalición de empresas estadunidenses del sector, nuevas tarifas de entre 10 y 20% encarecerían los muebles hasta en 9.5% en el mercado estadunidense, reduciendo el poder adquisitivo de los hogares en hasta 13 mil millones de dólares. A esto se suma que la industria estadunidense no cuenta con la capacidad suficiente para cubrir su propia demanda: Apenas podría abastecer un 20% del mercado interno.
Frente a este escenario, AFAMJAL subrayó que la unidad del sector será clave para enfrentar la incertidumbre y llamó a mantener un diálogo constante con autoridades y contrapartes en Estados Unidos y Canadá. La meta: Preservar a América del Norte como un referente global en diseño, manufactura y calidad en la industria del mueble.