Durante los primeros cuatro meses de 2025, el mercado de oficinas en México ha mostrado señales claras de moderación. Las decisiones de expansión y arrendamiento por parte de empresas han sido más cautelosas, influenciadas por la incertidumbre económica global, el aumento de costos y un entorno comercial menos predecible, especialmente para sectores ligados a la exportación.
La Ciudad de México continúa liderando la demanda, con cerca del 70% del total de transacciones, seguida por Guadalajara (10%), y Monterrey y León, con una participación de 8% cada uno. Sin embargo, esta actividad sigue siendo moderada y refleja un comportamiento más estratégico por parte de los ocupantes.
En contraste, la desocupación de oficinas en abril sumó 43 mil metros cuadrados a nivel nacional, una cifra 38% menor en comparación anual. La capital del país concentró el 90% de este volumen, seguida por Monterrey con el 9 por ciento. A pesar de que en abril hubo un repunte respecto a los primeros meses del año, la superficie desocupada sigue siendo 29% menor que la arrendada, lo que sugiere que las empresas siguen ajustando espacios, pero sin abandonar del todo sus oficinas.
Con respecto a la oferta disponible, al cierre de abril se contabilizaron 2.9 millones de metros cuadrados vacantes, lo que arroja una tasa de vacancia del 16.9 por ciento. Aunque esta cifra es alta, ha bajado 80 puntos base en los últimos 12 meses, lo que refleja una ligera mejora en la absorción de espacios.
Por su parte, la actividad constructiva en este segmento sigue contenida. Actualmente hay 1.2 millones de metros cuadrados en desarrollo, sin reportarse el inicio de nuevos proyectos durante abril. Esta pausa en nuevos lanzamientos evidencia un enfoque del sector en terminar obras existentes y esperar mayor certeza en la evolución de la demanda.
Concluyen los expertos que, el mercado de oficinas en México continúa activo, pero a un ritmo más mesurado. Las empresas están siendo más selectivas con sus espacios y los desarrolladores mantienen una postura de espera. La recuperación total dependerá en gran medida de la estabilización del entorno económico internacional y de la evolución de las necesidades corporativas en los próximos meses.