De acuerdo con el reporte trimestral de Cushman & Wakefield (C&W), sobre el mercado corporativo, la demanda neta en edificios clase A sumó 84 mil 800 metros cuadrados en el primer semestre, una señal del interés creciente por espacios que ofrecen instalaciones modernas, alta tecnología y amenidades de primer nivel.
Esta dinámica ha favorecido especialmente a los submercados del área central de negocios —como Reforma y Polanco— donde se concentra la mayor oferta disponible de inmuebles premium.
Hablando en cifras, los submercados centrales concentraron 76 mil 359 m² de absorción, frente a solo 6 mil 317 m² en zonas periféricas. Además, el 60% de los nuevos contratos se realizaron en zonas centrales y el 68% en edificios clase A, cifras que contrastan con los niveles de hace una década, cuando solo el 44% de las transacciones ocurría en el área central.
Finalmente, aunque el entorno macroeconómico presenta incertidumbre —con inflación al 4.5% y proyecciones de crecimiento del PIB de apenas 1.3% para 2025— la confianza empresarial se mantiene y podría traducirse en nuevas inversiones.
Sin embargo, el panorama actual, que ha sido favorable para los inquilinos por varios años, podría cambiar en el corto plazo si se consolida la contracción del inventario en desarrollo, que hoy suma apenas 412 mil 594 m², menos de un tercio de lo registrado hace siete años.