La industria alimentaria mexicana se prepara para enfrentar desafíos sin precedentes en 2025, impulsada por regulaciones nacionales más estrictas y estándares internacionales. Certificaciones como British Retail Consortium Global Standards (BRCGS), Non-GMO y la NOM-051 serán esenciales para la competitividad y la expansión internacional de las empresas del sector.
Al cumplir con medidas internacionales, las empresas mexicanas fortalecen su competitividad y contribuyen a construir una cadena alimentaria más segura y confiable.
Crecimiento con obstáculos: la autenticidad y la transparencia, en el centro del debate
Durante 2023, la industria alimentaria en México generó más de 51,874 millones de dólares en exportaciones, con un crecimiento del 3.9% respecto al año anterior, según cifras de la Secretaría de Economía. Sin embargo, el 2025 presenta retos críticos, entre los cuales sobresale la autenticidad de los productos, una prioridad debido al aumento de alimentos falsificados o adulterados. Los socios comerciales demandan que los productores mexicanos cumplan con los estándares BRCGS y Non-GMO, ahora considerados un sello de calidad global.
La nueva etapa de la NOM-051: un desafío local con impacto global
“Por ello, durante la próxima edición de la convención The Food Tech Summit, diversos expertos en la materia, como NSF, nos reuniremos para presentar diferentes soluciones para la aplicación de dichas normas con el objetivo de que sean sostenibles a largo plazo para las empresas, y que favorezcan la salud de los consumidores mexicanos”, recalcó Ronald.
La industria alimentaria en México tiene un enorme potencial para continuar expandiéndose en los próximos años, pero esto dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a los cambios regulatorios y cumplir con los más altos estándares de calidad e inocuidad.