No obstante, los ajustes arancelarios y la competencia de países asiáticos representan retos que podrían limitar su ritmo de expansión. Aun así, la integración productiva y el bajo costo logístico refuerzan su papel estratégico en la región.
Aunque esta proporción se ubica ligeramente por debajo del 15.8% alcanzado en 2024, México sigue liderando la relación comercial, destacando en un contexto de tensiones arancelarias globales y ajustes en las cadenas de suministro.
Según un análisis de Banco Base, solo en julio, las importaciones estadunidenses desde México representaron el 15.52% del total, por debajo del máximo histórico de 16.9% observado en junio.
También, el aumento de las compras a México se reflejó en el déficit comercial bilateral, que alcanzó 112 mil 587 millones de dólares, un alza de 17.4% anual. Este déficit coloca a México como el segundo país con el que Estados Unidos mantiene mayor desequilibrio, solo detrás de China (128 mil 581 millones de dólares).
Los sectores que impulsaron este dinamismo fueron principalmente el capítulo 84 (reactores, calderas y maquinaria), que creció 45.03% gracias al aumento de las importaciones de computadoras y equipo de procesamiento de datos. También destacaron los capítulos 85 (aparatos eléctricos) y 71 (perlas, piedras y metales preciosos). En contraste, cayeron las importaciones de vehículos automóviles (-6.8%), combustibles minerales (-31.1%) y hortalizas (-19%).
Otro factor que refuerza la competitividad de México es su bajo costo logístico: En julio, el gasto CIF (flete y seguro) fue de apenas 0.75 dólares por cada 100 importados, frente al promedio mundial de 2.84 dólares. Este indicador, junto con la cercanía geográfica y la integración de cadenas productivas, refuerza la ventaja del país frente a otros proveedores, incluso en un contexto de proteccionismo.
En suma, los datos de Banco Base muestran que, pese a los ajustes arancelarios y la competencia de economías asiáticas como Vietnam y Taiwán, México se mantiene como el socio comercial más importante de Estados Unidos. La consolidación de sectores vinculados al nearshoring y el cumplimiento del T-MEC serán determinantes para sostener esta posición estratégica en los próximos meses.