Mérida se ha consolidado como uno de los destinos más atractivos para vivir en México. Su combinación de seguridad, calidad de vida y crecimiento urbano ha disparado la demanda de vivienda, lo que se refleja en el aumento sostenido de precios y en el dinamismo del mercado inmobiliario local.
Este fenómeno responde a una creciente migración de personas que buscan una vida más tranquila, pero con acceso a servicios modernos, educación de calidad y conectividad. Tras la pandemia, Mérida se ha vuelto un imán para quienes desean un nuevo comienzo sin perder las ventajas de una ciudad en desarrollo.
Tradicionalmente dominado por casas unifamiliares, el mercado comienza a mostrar una apertura hacia la vivienda vertical. La demanda de departamentos ha crecido, impulsada por factores económicos, demográficos y la disponibilidad de nuevos desarrollos.
Las zonas más cotizadas actualmente se ubican al norte y en la periferia de la ciudad. Comunidades cerradas y desarrollos residenciales se expanden en áreas como Temozón, Cholul y Conkal, donde se combina plusvalía, ubicación estratégica y calidad de vida. Estos puntos conectan fácilmente con zonas turísticas y con el centro de la ciudad, lo que ha acelerado el desarrollo urbano.
Además, el gobierno de Yucatán ha impulsado el programa “Renacimiento Maya”, una estrategia que busca detonar el crecimiento económico a través de infraestructura, turismo y empleo, mientras promueve la cultura y tradiciones de la región. Esto ha reforzado la percepción de Mérida como una ciudad con proyección a largo plazo, tanto para vivir como para invertir.