En la Ciudad de México, rentar una vivienda puede ser una gran oportunidad para generar ingresos, pero también implica riesgos si no se toman precauciones desde el inicio. El auge del trabajo remoto, la migración interna y los altos precios para adquirir vivienda han impulsado la demanda de inmuebles en renta.
Tan solo en 2024, se triplicaron los reportes de fraude en operaciones de renta, de acuerdo con cifras del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX. Esto ha llevado a especialistas y desarrolladores a subrayar la urgencia de profesionalizar el arrendamiento y blindar jurídicamente cada operación.
“Arrendar no es solo un acuerdo entre particulares, es una relación legal, patrimonial y financiera que debe tratarse con seriedad”, explica Adrián Mateos, especialista jurídico del Club de Rentas en Agwa Bosques y Up Santa Fe.
Por lo que, a continuación, se presentan cinco pasos clave para evitar conflictos y proteger tanto la rentabilidad como la plusvalía del inmueble:
- Investigar al inquilino y su aval
Antes de firmar cualquier contrato, es fundamental conocer a fondo al arrendatario y a quien funja como obligado solidario. Se recomienda comprobar que sus ingresos sean al menos tres veces el valor de la renta mensual, revisar antecedentes legales e incluso su historial en otras rentas. Este filtro inicial puede prevenir sorpresas desagradables.
- Firmar un contrato robusto con respaldo legal
El contrato debe estar bien estructurado, adaptado al caso específico y revisado por un especialista legal. Debe incluir cláusulas claras sobre plazos, depósitos, penalizaciones, subarrendamiento y condiciones para la salida anticipada. Además, es vital validar que quien firma como arrendador sea realmente el propietario legal y que el uso de suelo del inmueble permita su renta.
- Utilizar garantías jurídicas y seguros
Contar con instrumentos como pagarés, un inmueble en garantía por parte del aval o pólizas jurídicas puede marcar la diferencia en caso de incumplimiento. También se recomienda contratar un seguro de responsabilidad civil para cubrir posibles daños a terceros o áreas comunes. Si no se desea gestionar el inmueble directamente, una administración profesional puede aportar seguridad y eficiencia.
- Respetar reglas del condominio y la comunidad
Incluir en el contrato el reglamento interno del edificio o conjunto habitacional es clave. Detallar temas como horarios, uso de áreas comunes, reglas para mascotas o normas de convivencia ayuda a evitar disputas y protege la armonía entre vecinos.
- Definir el modelo de arrendamiento y su viabilidad legal
Antes de ofrecer un inmueble en renta, hay que definir si se hará en formato tradicional, de mediana o corta estancia. En la CDMX, las rentas temporales están sujetas a normativas especiales, sobre todo si se utilizan plataformas digitales como Airbnb. Verificar el uso de suelo y el reglamento del condominio evitará incumplimientos legales o sanciones.
Blindar cada operación no solo beneficia al propietario, también aporta confianza y estabilidad a los inquilinos. Profesionalizar el arrendamiento es el paso necesario para construir un mercado inmobiliario más justo, seguro y eficiente en la Ciudad de México.