Las grandes obras inmobiliarias de México y el mundo, tradicionalmente se pueden distinguir por la magnitud de su tamaño o por su belleza arquitectónica. Sin embargo, tomando en cuenta la evolución de las grandes ciudades, debemos empezar a apreciar y a valorar más los desarrollos que las transforman, que las revitalizan, que las rescatan, que tienen grandes impactos sociales y ambientales.