Según el reporte de mercado de Solili, correspondiente al tercer trimestre de 2025, el inventario total alcanzó los 109 millones de m², reflejando un crecimiento anual del 5 por ciento. En ese periodo se entregaron 84 nuevas naves industriales, cifra ligeramente inferior a la registrada en trimestres anteriores.
La demanda, en particular en zonas fronterizas, se debilitó. La absorción bruta nacional fue de 1.4 millones de m², liderada por Ciudad de México y Monterrey, con volúmenes similares en ambos mercados. No obstante, en Tijuana y Reynosa, la absorción neta fue negativa, es decir, las desocupaciones superaron a las ocupaciones.
Esto refleja que, aunque el nearshoring sigue siendo un motor estructural, su impulso se modera ante un entorno global más cauteloso.
A pesar del deterioro en algunos mercados, las rentas promedio nacionales no se han visto afectadas: se ubicaron en USD 7.27/m²/mes, lo que representa un aumento en comparación con el mismo trimestre del año anterior. Ninguna plaza reportó descensos en sus tarifas. Destacan incrementos superiores al 10% en Ciudad de México y Saltillo, impulsados por alta demanda, vacancias reducidas y mejoras en la calidad de los inmuebles.
Los retos identificados en el reporte apuntan a cuellos de botella en infraestructura básica, así como incertidumbre política y comercial. La disponibilidad energética, el agua y la eficiencia operativa son factores críticos que podrían frenar la expansión industrial. En este escenario, el sector debe apostar por espacios de alta calidad, certificaciones ambientales y adaptabilidad operativa para mantener la competitividad a futuro.
El mercado industrial mexicano avanza con cautela: más oferta, mayor diversificación, pero también mayores vacancias y competencia. La recuperación dependerá de un entorno macroeconómico más estable, mejoras en infraestructura y estrategias de desarrollo que respondan a las exigencias de los nuevos inquilinos industriales.