El desarrollo de infraestructura de todo país es un factor estratégico para su desarrollo, por lo que hoy más que nunca debemos aprovechar su potencial, con la finalidad de impulsar la economía y el desarrollo regional.
La industria de la construcción está sumida en la parte más baja de su ciclo económico; durante 2019, transitó en un proceso recesivo con una contracción de -5.0%, siendo éste su peor desempeño en diez años. Sin embargo, la implementación del Programa Nacional de Infraestructura, a partir del 2020, deberá impulsar al sector.
Con el objetivo de acortar distancias entre el Sur-Sureste y el Centro-Norte del país, se ha puesto en marcha el proyecto Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, como parte de un grupo de grandes obras para impulsar la economía de la región sur del país.
La vida de las personas debería transcurrir en espacios que cumplan no solo con las necesidades básicas, sino que sean estéticos, funcionales, que refuercen nuestra cultura y sociedad de una manera ambientalmente responsable.
Es uno de los proyectos prioritarios de la administración de Andrés Manuel López Obrador; pero más que una gran obra de infraestructura, es un proyecto de desarrollo integral que busca mejorar el transporte de pasajeros locales, turistas y mercancías, proporcionando bienestar a la población.
El Tren Maya va más allá de promover el flujo de turistas y mercancías en la zona, ya que también pretende detonar comunidades sustentables en su ruta y generar un gran impacto económico.
El programa de infraestructura para el año 2020, que se presentó en el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado, tiene un importante enfoque en el desarrollo de la región Sur-Sureste del país.
La obra de drenaje profundo más grande del mundo
Proyectos emblemátivos
México necesita una transformación, un cambio que permita el crecimiento que el país merece. Algo que solo la infraestructura puede ofrecer.
Durante muchos años se ha hablado sobre la necesidad de planeación en materia de infraestruc-tura, porque cada vez que hay cambio de gobierno, se piensa, de manera incorrecta, que se reinventa el país.
Aquellos proyectos ferroviarios que están bien diseñados cuentan con una visión a futuro, porque primero se atiende la vía y luego viene el crecimiento y desarrollo de una región.
Los puertos se convertirán en motores del desarrollo regional como parte de la estrategia de la administración federal, y las Administraciones Portuarias Integrales (API´s) se transformarán en empresas desarrolladoras de nuevos negocios marítimo-portuarios y logísticos.
El turismo es una actividad muy importante para la economía de México, por lo que el desarrollo de infraestructura resulta fundamental para el crecimiento del sector y de nuevos polos de desarrollo.
El sistema aeroportuario mexicano requiere una expansión permanente. Por ello, vale la pena revisar un poco de dónde vinimos, en qué situación estamos y los próximos proyectos sexenales que nos permitirán dimensionar el futuro.
Los aeropuertos se deben reinventar para convertirse en un centro de negocios y competir en un mundo cada día más complejo y organizado, de tal manera que sean más valiosos para los usuarios y las comunidades.
La hidroelectricidad es una fuente de energía eléctrica que se ha desarrollado en nuestro país desde hace varias décadas, y cuyo ejemplo más relevante es el aprovechamiento de los ríos Grijalva y Santiago.
México tiene una gran oportunidad y potencial para aprovechar la infraestructura hidráulica existente para la generación de energía eléctrica mediante tecnología fotovoltaica. Sin embargo, las cortinas y vasos de las presas de México, que tienen un alto potencial para ello, no han sido aprovechados.
El modelo energético actual se caracteriza por un crecimiento constante del consumo global del mismo, basado en combustibles fósiles: por lo que existe la necesidad de incrementar el desarrollo de fuentes de energías alternativas que las reemplacen. México, en particular, tiene mucho potencial para llevarlo a cabo, al grado de ser el cuarto país con mayor atractivo para inversiones en energías limpias.
México es el séptimo país del mundo con infraestructura de riego, sin embargo, además de nuevos proyectos, requiere inversión para mantenimiento y seguridad de las presas, modernización de los distritos de riego y lograr mayor eficiencia en todos los ámbitos del mismo.
Las ciudades son los motores de crecimiento de los países. La inversión en infraestructura es la que determina la calidad de los servicios que ofrecen y el nivel de desarrollo que alcanzan.
Las instalaciones, el equipamiento y los servicios de las escuelas son importantes para el bienestar de los alumnos, pues si bien no garantizan la enseñanza, ofrecen condiciones óptimas de seguridad.
Real Estate Market & Lifestyle realizó una investigación sobre las presas hidroeléctricas más impactantes e importantes del mundo, considerando su capacidad y generación de energía. Una vez más, China destaca como una de las naciones con mayor infraestructura; asimismo, países de América Latina siguen dando sorpresas por tener diversas y modernas obras en los lugares más inesperados.
El tamaño de un aeropuerto y la variedad de servicios que ofrece depende, principalmente, de la cantidad de vuelos que atiende y el tráfico aéreo; incluido el movimiento de pasajeros, carga y correo aéreo.
El desarrollo residencial único e irrepetible, un bosque dentro de la ciudad.
Los grandes desarrollos inmobiliarios reciben los servicios de agua potable, alcantarillado, drenaje y saneamiento a través de una infraestructura hidráulica, que debe responder a la cantidad y calidad que exigen los usuarios, y a la oportunidad con que son requeridos.
La industria de la vivienda en México juega un rol fundamental dentro de la economía del país por su aportación al Producto Interno Bruto (PIB) de la construcción; y ser intensiva en mano de obra, por impactar a un gran número de sectores productivos y porque el Programa Nacional de Vivienda (PNV) estimulará a todos los participantes del sector.
Cerca del 90% de las mercancías que se comercializan a nivel mundial son transportadas vía marítima y, de acuerdo con el Foro Internacional de Transporte, en una década se duplicó la capacidad promedio de los barcos de carga, siendo los puertos marítimos aquellos que permiten realizar los intercambios.
Editorial
A lo largo de la historia de Real Estate Market & Lifestyle, hemos seguido de cerca el trabajo de cuatro distintos presidentes de México. Una constante que observamos, es el inicio de cada administración federal, con grandes y ambiciosos proyectos de infraestructura que, en algunos casos no fueron más que buenos deseos o intenciones, porque nunca pudieron materializarlos todos.
Sin duda alguna, todos ellos han padecido de limitantes en cuanto a los presupuestos públicos, unos más que otros. Independientemente de ello, una invariable es que cada uno desarrolla su propio Plan o Programa Nacional de Infraestructura (PNI); desafortunadamente, siempre pensando en un sexenio, en su administración.
Por lo tanto, además de recursos, cada uno ha carecido de una visión de Estado que vaya más allá de seis años, que sea de largo plazo; que no importe quién los va a inaugurar, sino que sean de utilidad para la sociedad. Asimismo, se carece de un portafolio de proyectos bien estructurados.
Un ejemplo de que sí pueden lograrse este tipo de proyectos transexenales de infraestructura es el Túnel Emisor Oriente, el cual fue iniciado durante la administración de Felipe Calderón, se continuó en el sexenio de Enrique Peña Nieto e, iniciando el periodo presidencial de Andrés Manuel López Obrador es que se terminó y entró en operación. Es decir, se pueden completar proyectos de utilidad para la sociedad sin que haya un tema político de por medio.
Hoy, nuevamente, el país tiene la oportunidad de aprovechar la inversión en infraestructura para sacar a la industria de la construcción de la recesión que vive, empujar a las regiones más rezagadas del país y de paso estimular el crecimiento económico tan debilitado por diversas razones.
Aunque los recursos para ejercer un gasto público en inversión de infraestructura son muy limitados, teniendo reglas claras y un ejercicio pleno de Estado de Derecho, la Iniciativa Privada, nacional e internacional, está dispuesta a invertir en los diversos proyectos que ya se conocen e ir planteando sobre la marcha muchos más. Actualmente, se dice que hay mil 600 proyectos identificados, que se deberían ir planeando para su próxima ejecución.
Al cierre de la presente edición, solo se conoce el primer avance del PNI; sin embargo, es un gran momento para aprovechar a este importante sector como palanca de desarrollo. Hay muchos ejemplos de ello, y más ahora, que está claro que existe la voluntad política para avanzar en la materia. No hay que dejar pasar esta oportunidad en beneficio de todo el país.
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