La estabilidad económica del país, la demanda de los inversionistas y la oferta del mercado inmobiliario contribuyeron para formar la base de la que surgirían los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras).
“Cinco años son solo un buen principio, pero lo mejor está por venir, lo mejor está en el futuro”.
La historia del nacimiento de Fibra Uno (FUNO) se asienta en un objetivo muy particular de sus fundadores: Mejorar el sector inmobiliario de México.
FUNO ha logrado en cinco años lo que muchos Real Estate Investment Trust (Reits) tardaron 30 años. Sin embargo, pocos saben que esta historia pudo no haber existido.
El balance de FUNO: El valor de los inmuebles pasó de 7,500 millones de pesos (mdp) en marzo 2011 a 120,000 mdp en diciembre de 2015.
Una de las características que identifican a Fibra Uno (FUNO) es el adquirir o desarrollar inmuebles que son irrepetibles y únicos, por lo que se vuelven iconos de las ciudades donde se ubican
El nacimiento de FUNO propició una serie de cambios en el mercado inmobiliario nacional que impulsó su desarrollo.
Todo portafolio de inversión con objetivos patrimoniales debe incluir un componente inmobiliario.
Nuevos competidores, fusiones y adquisiciones se avizoran en el mercado de Fibras, donde FUNO está listo para continuar aprovechando las oportunidades que presente el mercado.
Pretender ser grande no necesariamente es hablar de tamaño, pero sí de una compañía de clase mundial en el mediano y largo plazo.
FUNO desarrolló desde mediados de 2015 un vehículo de financiamiento que será el brazo con el que invertirá en nuevos proyectos.
Innovación, rentabilidad y éxito definen al aún joven mercado de Fibras mexicano. Ahora cotizan 10, pero ya hay lista de espera para ingresar al mercado de valores.
Las Fibras han contribuido al ordenamiento del mercado inmobiliario porque lo han provisto con información del precio de los inmuebles, rentas y desempeño por segmento.
Detrás de un excelente vehículo de inversión hay un gran equipo de management con el expertise necesario para crecer, innovar y marcar tendencia.
No es una acción y tampoco es un título de deuda, es un vehículo que combina lo mejor de dos mundos para los inversionistas: ganancia de capital y dividendos.
Las personas físicas no pueden invertir directamente en Fibras aunque tienen la opción de incluir este vehículo en sus portafolios de inversión a través de cuatro fondos especializados que hay en el mercado.
Entre ellos se encuentran desde temas legales hasta de operatividad del mercado y administrativos, todos necesarios para apuntalar este segmento.
Es el referente obligado en el mercado de Fibras, su capacidad de innovación es incuestionable, pero necesita aplicarla también en el management para continuar como el favorito de los inversionistas.
La calidad y diversidad de su portafolio de propiedades lo ubican como la mejor puerta de entrada al mercado inmobiliario mexicano para los inversionistas extranjeros.
Los bienes raíces son inversiones que requieren de largos periodos de maduración, es por ello que son idóneos para los fondos de pensiones.
Evercore fue fundado en 1995 con la visión de establecer una firma de banca de inversión de excelencia y libre de conflictos de interés.
El mercado de Centros de Negocios en México ha tenido un crecimiento acelerado, sin embargo muy pocas empresas han destacado en él. Al día de hoy, lOS OFFICES se ha posicionado como líder en este rubro.
México vive un fenómeno en materia de población que se conoce como “bono demográfico”, por el predominio de gente joven, pero este no es permanente y se modificará en el largo plazo.
El mercado inmobiliario de centros comerciales apunta a un año 2016 donde sostendrá su ritmo de crecimiento, similar o mejor que al del año previo.
Se construyen en la Ciudad de México y su área metropolitana, 15 de ellos abrirán a lo largo del 2016.
En medio de un entorno externo difícil y complejo, la economía de México preservará su estabilidad y sostendrá una tendencia de crecimiento moderado en 2016.
El gran atractivo de inversión que mantuvieron durante muchos años se está revirtiendo, aunque algunos de ellos, como México, podrían ser la excepción.
Este año se llevarán a cabo en el país 12 procesos de elecciones, en los que se renovarán el mismo número de gubernaturas estatales.
El fantasma de mayores tasas de interés sigue presente, pero aún no impacta el costo del crédito hipotecario.
Editorial
El mercado inmobiliario mexicano ha experimentado una verdadera revolución en los últimos cinco años, a raíz del nacimiento de los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces, mejor conocidos como Fibras.
Con su creación, las fuentes de financiamiento para los desarrolladores en México se fortalecieron, se diversificaron y es donde el mercado de valores ha jugado un papel importante porque, además, al ser un mercado público brindó a los participantes valiosa información y transparencia en lo que se refiere a las operaciones de compra y venta de inmuebles, un segmento antes opaco.
El mercado es muy joven, y Fibra Uno (FUNO), el primer fideicomiso listado en el mercado de valores, ha marcado la pauta en la evolución de las 10 Fibras que hasta ahora participan en la BMV, y ya hay algunas en lista de espera, aunque hay quienes ven un futuro proceso de consolidación en la que las grandes se comerán a las chicas o los chicas unirán fuerzas para ser más competitivas.
Como sea que resulte, el lugar preponderante que las Fibras se han ganado en los portafolios de quienes desean incluir bienes raíces en su portafolio de inversión (un componente imprescindible en una cartera diversificada) es incuestionable; y hoy por hoy, el más grande y diversificado de México y América Latina es FUNO.
Cinco años es poco tiempo por lo que es natural que aún falte mucho por hacer en el mercado de Fibras, tanto a nivel regulación como en su management. Evolucionar en el tema de gobierno corporativo resulta crucial para abonar más a la relación ganar-ganar entre accionistas mayoritarios y accionistas minoritarios, y en este campo se avecinan gratas sorpresas, así lo anticipan los expertos, los mismos que participaron del nacimiento y colocación de FUNO.
Por lo pronto, inversionistas pequeños y medianos (personas físicas) e institucionales (Afores, aseguradoras, banca privada, entre otros) tienen la oportunidad de participar ya de los beneficios que brinda la inversión en bienes raíces, entre los que destacan cobertura de inflación, en algunos casos cambiaria y de los flujos periódicos derivados de la distribución de rentas, y con beneficios fiscales a través de un solo instrumento: la Fibra. Mejor, imposible.
Y mientras los mercados financieros (deuda y renta variable) han reportado rendimientos muy modestos, las Fibras ubican un retorno promedio anual de 20%, y se mantiene viento en popa su dinámico crecimiento, así se constata en el boom de diversos proyectos inmobiliarios entre los que destacan los grandes centros comerciales, sobre todo en la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Innovación seguirá siendo la clave para que el crecimiento extraordinario que hemos visto en el sector inmobiliario a través de las Fibras se mantenga en el siguiente lustro, y ello incluye nuevas formas de financiamiento para el desarrollo de proyectos nuevos y la incursión en otras áreas de oportunidad.
La economía mexicana abona positivamente en el crecimiento de los bienes raíces pues aunque crece a tasas modestas, las expectativas para 2016 y 2017 son optimistas.
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